Los alemanes tienen fama de ser muy burocráticos. La verdad es que, efectivamente, sí que hay que rellenar formularios cuando haces una solicitud, cuando te registras en el ayuntamiento o cuando vas al banco.
En esos casos, es habitual dar tus datos personales: nombre, apellido, sexo, fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, nacionalidad y dirección. En los formularios a menudo se pregunta también por tu formación.
Cuando haces un trámite en una oficina pública, tienes que identificarte, es decir, mostrar tu cédula de identidad o pasaporte. Los alemanes mayores de 16 años están obligados a tener un documento con el que identificarse. Los extranjeros tienen que estar en posesión de un pasaporte válido. No obstante, en tu día a día no es necesario que lo lleves siempre contigo.