Cuando la gente no se conoce, en Alemania se suele guardar una distancia cordial y, por lo general, se respeta la esfera privada del otro. Por supuesto que todo depende de la persona: los jóvenes suelen ser más abiertos que los mayores. No obstante, en Alemania no es muy habitual hacer nuevas amistades en la calle, en el parque o en la parada del autobús.
Esto suele ocurrir más bien cuando se comparte una actividad, ya sea dentro de un contexto laboral o durante el tiempo libre. En el curso de yoga, en el club deportivo, en la fiesta del barrio o en las celebraciones en la oficina podrías fijarte en personas con las que entablar una conversación. Si la conversación fluye quizás esta persona se convierta en una nueva amistad. En Alemania, por lo general, las amistades se desarrollan poco a poco, pero la simpatía y los intereses comunes ayudan, y merece la pena.