The Monday Rallies

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En Alemania existe el derecho a la libertad de expresión y de reunión. Es decir que todos pueden expresar sus opiniones libremente, incluso en una manifestación. En la Alemania Oriental, la antigua República Democrática Alemana (RDA), este no era el caso antes de 1989. No se toleraban las críticas al Estado. Lo más sorprendente es que la manifestación alemana más relevante de todos los tiempos tuvo lugar en la RDA: en 1981 comenzaron a celebrar todos los lunes oraciones por la paz en la iglesia de San Nicolás de Leipzig. En septiembre de 1989, después de la oración, 100 personas se manifestaron públicamente contra la dictadura de la RDA. Una semana después, los participantes en las oraciones por la paz del lunes eran detenidos. A pesar de esta amenaza, la semana siguiente 5.000 personas volvieron a manifestarse el lunes, después de la oración.

En octubre de 1989, cuando se iba a celebrar el 40º aniversario de la RDA, la gente se manifestó contra el gobierno en todo el país. Estas manifestaciones fueron dispersadas violentamente. Muchos participantes fueron arrestados. Sólo dos días después, el lunes 9 de octubre, más de 70.000 personas se reunieron en la Montagsdemo, la manifestación del lunes, en Leipzig. Rodeados por ametralladoras y tanques, marcharon por la ciudad gritando “Wir sind das Volk”, el pueblo somos nosotros. Así es como lograron abogar por la renovación y derrocar a una dictadura, pacíficamente y sin violencia. Lograron “die Wende”, el cambio de rumbo, el fin de la dictadura comunista. Desde entonces, muchos movimientos sociales y políticos en Alemania han retomado la narrativa de la manifestación del lunes. El término “manifestación del lunes” y el lema “el pueblo somo nosotros” se utilizan, incluso, en las protestas populistas de derecha.