Es sabido que a los alemanes les gusta desayunar. Y, de verdad, en comparación con otros países, en Alemania la primera comida del día es muy importante, sobre todo el fin de semana. En la mayoría de cafés, bares y bistrós se puede pedir un buen desayuno, no es raro que haya una carta especial para desayunos con una oferta variada. Pero, entre semana y con el estrés cotidiano, muchos alemanes no consiguen desayunar m{as que un café o un té con un pan o un bocadillo.

El almuerzo es también una comida importante. Sin embargo, entre semana, los alemanes no suelen almorzar en casa, sino en las cantinas de las grandes empresas, y los niños, en los comedores de las escuelas. Si quieres almorzar en un restaurante, a esa hora del día se suelen ofrecer platos a precios más económicos.

Es cierto que la cena más típica alemana es el pan con queso o embutidos; por eso, se denomina Abendbrot. No obstante, muchas familias que no se encuentran al mediodía, cocinan para cenar juntos. Seguro que si alguien te invita a cenar a su casa, no te ofrecerá bocadillos, sino una comida caliente. En los restaurantes y bares también encontrarás platos calientes.