Dos veces al año se cambia la hora: una se adelantan y otra se atrasan 60 minutos la hora del reloj. En la noche del último domingo de marzo, a las 2:00 de la madrugada, el reloj se adelanta a las 3:00. Ese momento comienza el horario de verano. El último domingo de octubre, los relojes se retrasan.

¿Por qué se hace esto? En un comienzo se esperaba que, de esta manera, se pudiera aprovechar mejor la luz solar y así reducir el uso de la electricidad. Pero los datos oficiales corroboran que no es así. Aunque por las noches, las lámparas y luces se encienden más tarde, en las primeras horas de la mañana se utiliza más calefacción.