En Alemania se transportan cartas y paquetes de todos los colores, sí. Pero si se pregunta a la gente en la calle de qué color es Correos, la mayoría respondería: amarillo. Los buzones, los carteles de las oficinas de correos, las furgonetas postales y las bicicletas de los carteros son todos amarillos. Amarillos son las cajas y cartones que se compran en las oficinas de correos. Todas las cabinas telefónicas públicas eran de ese color brillante, hasta que comenzó la privatización de Correos en 1990.

¿Y por qué amarillo? La familia aristocrática Thurn und Taxis heredó la dirección general de las oficinas de Correos en 1615. La familia construyó un sistema de mensajería fiable, que traspasó las fronteras del entonces Imperio alemán. Se eligió ese llamativo color para el uniforme de los trabajadores postales y carruajes de transporte. En 1946, después de la Segunda Guerra Mundial, los aliados decidieron que el amarillo debía usarse en toda Alemania. Tanto en Alemania Occidental como en Alemania Oriental, las oficinas de correos eran una institución estatal y brillaban con el color amarillo. Sólo en el marco de la privatización aparecieron otros proveedores y con ellos nuevos colores. El sistema postal en Alemania se volvió más colorido.