De media, los empleados en Alemania tienen unos 28 días de vacaciones al año. Y a mucha gente le gusta ir de vacaciones al extranjero, por ejemplo, a España o Italia. Estos dos países del Mediterráneo se encuentran entre los destinos preferidos de los viajeros provenientes de Alemania. Algunos vuelan muchos más lejos, a lugares de otros continentes. Pero estar de vacaciones en el propio país es también muy popular. La mayoría de la gente se siente atraída por el mar o las montañas, por ejemplo, las costas del mar Báltico y del mar del Norte o los Alpes bávaros. La temperatura del agua en el mar del Norte o en el Báltico rara vez supera los 20 grados -incluso en pleno verano-, pero esto no impide que los más valientes se zambullan en el mar. En invierno, a mucha gente le gusta ir de vacaciones a esquiar a los Alpes. Los que prefieren museos, conciertos o clubes, pueden hacer una escapada a Berlín, Hamburgo o Múnich.
Pasar vacaciones en una granja es algo muy popular entre familias con niños y gente que busca descansar. Los adultos pueden relajarse del estrés cotidiano y los niños pueden tener experiencias campestres como acariciar a los animales, alimentarlos u ordeñar vacas. A muchas personas en Alemania también les gusta ir de vacaciones a un hotel-balneario, para disfrutar de un descanso relajante. Estos hoteles suelen estar situados en zonas tranquilas y contar con una zona de spa. Sus ofertas incluyen, por ejemplo, clases de yoga y comida saludable con muchas frutas y verduras frescas. El elegante hotel de 4 estrellas del señor Strobel es uno de ellos. Pero a Harry no le importa nada de eso. En este momento, Harry solamente piensa en salir del bucle temporal en el que está atrapado.