Harry reconoce que el bucle temporal en el que se encuentra atrapado tiene ciertas ventajas. Al día siguiente, solamente él puede recordar los acontecimientos del día anterior. Entonces, con extremada confianza, irrumpe en la casa de la doctora Wohlfahrt y es arrestado inmediatamente. En la comisaría se le informó de sus derechos, consagrados en la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania. Ésta comienza con la afirmación: “La dignidad humana es inviolable” y el Estado está obligado a protegerla.
Para la situación de Harry, sobre todo el artículo 3, párrafo 1, es importante: "Todas las personas son iguales ante la ley". De ello se deduce, por ejemplo, que a la Policía no se le permite controlar a las personas únicamente en base a características externas, como el color de la piel, si no hay una sospecha concreta. Es decir, no están permitidos los llamados “perfiles raciales”. El artículo 104 así mismo es muy importante: Las personas detenidas no pueden ser interrogadas utilizando violencia psicológica o física, porque en Alemania la tortura está prohibida y penada. Tampoco es necesario declarar: todos tienen derecho a un abogado. La Policía no puede detener a una persona durante más de 48 horas sin orden judicial.